Oleatos: ¿Qué son y como prepararlos?

por | Mar 23, 2020 | BIO

De acuerdo con la web británica Formula Botanica, los oleatos, también llamados aceites macerados, son aceites portadores que actúan como disolventes para extraer las propiedades de las plantas. Entre los aceites base comúnmente utilizados para macerar se encuentran, entre otros, los de oliva o girasol.

¿Cuál es la diferencia entre aceites esenciales y oleatos?

Muchos de los aceites que se encuentran a la venta en el mercado se obtienen con la prensión en frío de las semillas de la planta. El aceite de oliva, el de girasol o el de rosa mosqueta son excelentes ejemplos de esto. Sin embargo, hay algunas plantas que no contienen una cantidad suficiente de aceite para obtenerlo mediante prensión en frío, y ahí es donde entra en escena la maceración.

¿Qué aceites usar?

Si deseas extraer las propiedades terapéuticas de una planta infusionándolas con un aceite, lo primero que necesitas es encontrar uno de buena calidad.

Si tu intención es obtener oleatos destinados al cuidado de la piel, puedes utilizar aceite de oliva, de girasol, de almendras dulces o incluso de jojoba. Si lo que buscas es una mezcla más espesa, puedes utilizar el aceite de coco.

En segundo lugar, debes asegurarte de que la planta que vas a utilizar está lo más seca posible. Porque, a pesar de que podrías usar materia vegetal fresca, necesitarías reemplazarla con regularidad durante la maceración, ya que contiene mucha agua que podría volver tu aceite rancio, además de estimular el crecimiento microbiano. De ahí que lo más práctico sea usar materia vegetal lo más seca posible.

Aquell@s que plantéis y cosechéis vuestras propias plantas, intentad cortarlas lo más finamente posible, ya que así romperéis sus paredes celulares y se disolverán más compuestos en el aceite base. Y para los que no podáis o queráis plantar, existe en el mercado, cómo no, una gran variedad de plantas ya secas y embolsadas.

Recipientes y proceso de maceración

Lava cuidadosamente un receptáculo, como por ejemplo un frasco de mermelada con una tapa hermética, y llénalo con la planta o plantas picadas de tu elección. Vierte el aceite que hayas seleccionado sobre la materia vegetal, y asegúrate de que toda ella quede cubierta por el aceite.

La maceración se realiza mejor cuando se hace con un calor suave. La mejor forma de obtenerlo es colocar el recipiente, por supuesto con el contenido ya introducido, en un lugar cálido y soleado durante un máximo de tres semanas.

Una vez que las plantas estén ya macerando en el aceite base, recuerda remover suavemente la mezcla todos los días. Al agitar la mezcla con regularidad, propiciarás el movimiento de los químicos solubles hacia el aceite, y crearás un oleato más potente.

La luz del sol calentará suavemente el aceite y extraerá muchas de las propiedades de la planta. Más o menos cada semana, reemplaza las hierbas maceradas por otras nuevas, para que el aceite pueda continuar extrayendo más propiedades de ellas.

Sin embargo, los más impacientes prefieren no esperar tanto tiempo, por lo que la maceración también se puede hacer al baño maría durante una hora, o incluso con una cocción lenta en olla durante una noche. Para esta última opción, lo más importante es mantener el fuego lo más suave posible, para así no sobrecalentar el aceite ni quemar la materia vegetal.

Precauciones en la preparación

Tenemos que estar siempre atent@s para evitar procesos de fermentación o enranciado. Sabrás cuándo tu aceite se pone rancio porque comenzará a oler extraño y se verá turbio.

Por eso, siempre es una buena idea incluir alrededor de un 1% de aceite de vitamina E antes de comenzar la maceración. La vitamina E es un poderoso antioxidante, y de ahí que ayude a evitar que los aceites se pongan rancios demasiado rápido.

The end

Una vez que finalice la maceración, es muy probable que tu aceite base haya adquirido un nuevo color. Es en este momento cuando debes colar o filtrar las hierbas y verter la maceración final en otro recipiente hermético esterilizado. Asegúrate de etiquetarlo, para tener siempre claro qué contiene y cuándo lo embotellaste.

La mayoría de los oleatos se conservarán durante un período de 6 a 12 meses si los almacenas alejados de la luz solar directa y del calor. Intenta mantenerlos en recipientes pequeños, o adecuados a la cantidad de oleato preparada, para que el frasco no tenga espacio donde albergar grandes cantidades de aire.

Precauciones en la aplicación directa

Prueba tu oleato en un área pequeña de la piel antes de aplicártelo por primera vez, ya que algunas personas podrían tener una reacción. Una buena zona para hacer la prueba es la parte interior de la muñeca. Aplica en ella 1 ó 2 gotas de oleato y luego masajea.

Aunque de forma inmediata no haya ninguna reacción, espera 24 horas y luego revisa de nuevo tu muñeca. Si hay enrojecimiento, sequedad, picazón o hinchazón, no uses el oleato. Si la zona se ve y se siente normal, entonces puedes usarlo.

Y aún cuando ya tengas claro que no existen reacciones adversas, aplica una pequeña cantidad de oleato. No necesitas mucho, ya que los aceites macerados son bastante concentrados.

Además de su aplicación tópica directa, los oleatos se pueden incorporar, en una cantidad de entre el 5% y el 10%, en cremas, geles, lociones o champús. También se pueden usar en mayor cantidad cuando nos sirvan como aceite base para otros preparados cosméticos.

Ideas para tus oleatos

Para hacer aceites macerados destinados al cuidado de la piel, son excelentes opciones los pétalos de caléndula, los brotes y flores de hierba de San Juan o las bayas de espino amarillo.

La caléndula es antibacteriana, antiinflamatoria y cicatrizante, y de ahí la gran importancia de sus extractos en la cosmética moderna.

La hierba de San Juan se ha utilizado históricamente para el tratamiento tópico de contusiones y quemaduras leves, y para acelerar la curación de heridas.

Por su parte, los aceites propios del espino amarillo contienen altas cantidades de ácidos grasos insaturados, fitoesteroles y vitaminas A y E.

Por supuesto, la flora del planeta es de una diversidad casi inabarcable, así que prueba también tus propias maceraciones con tus plantas favoritas.

 

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