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Cosmética Cruelty-Free

Aunque pudiera parecer una práctica ya en desuso, hoy en día una parte de los productos cosméticos y de belleza contienen ingredientes que han sido testados en animales.
La Humane Society International, una asociación dedicada a investigar las condiciones en las que viven animales de todo tipo, calcula que entre unos 100.000 y 200.000 animales son utilizados anualmente para pruebas de la industria cosmética.
Diferencia entre productos veganos y cruelty-free
Un producto vegano es todo aquel que no contiene ningún ingrediente de origen animal, incluyendo en esta lista leche, huevos o miel. Por otro lado, un producto cruelty-free es aquel en el que ni el producto final ni ninguno de sus ingredientes han sido testados en animales.
Existen una serie de grasas o secreciones procedentes de los animales que, a veces desde hace siglos, han sido utilizados en cosmética. Y desgraciadamente, en muchos casos su uso aún perdura. Vamos a hacer un pequeño repaso de algunos de estos ingredientes.
Ingredientes que provienen de los animales
El ámbar gris es una secreción producida por los cachalotes. Es ceroso y de color gris mate o negruzco. Tras ser diluido tiene un olor muy característico, y se usa como fijador para evitar que la fragancia se desvanezca rápidamente tras la aplicación. Existe la prohibición de cazar cachalotes para extraer su ámbar gris, pero según la Whale and Dolphin Conservation (asociación que se dedica a la conservación de ballenas y delfines), en países como Indonesia, se sigue haciendo.
El castóreo es una secreción glandular del castor, olorosa y aceitosa, que el propio animal usa para acicalar su pelaje. Una vez diluido, su olor es muy apreciado porque evoca sutilmente al del cuero, y los perfumistas lo utilizan para composiciones orientales o masculinas.
El almizcle tradicional proviene del ciervo almizclero o gacela, que solía ser cazado para extraer dicha sustancia. En la actualidad, debido a la protección de dichas especies, el uso del almizcle natural es, afortunadamente, muy reducido.
El almizcle de civeta es una extracción, obviamente, de la propia civeta, un pequeño mamífero que en ciertos aspectos se puede asemejar a un gato. A pesar de que la industria ha logrado generar dicho almizcle sintéticamente, se mantiene un mercado negro de la civeta en Etiopía. Como suele ocurrir en estos casos, dicho mercado negro cría las civetas en cautividad para luego disponer de ellas.
Pruebas en las que se usan animales
Dejando aparte sectores como el farmacéutico o el alimentario, y ciñéndonos sólo a la industria de la cosmética convencional, los siguientes serían los tipos más habituales de experimentación con animales:
- Pruebas de toxicidad aguda: En estas pruebas se le administra al animal una dosis muy alta de la sustancia a probar, ya sea oralmente, por inhalación o por contacto con la piel. Al tratarse, como ya hemos dicho, de cantidades muy altas, las reacciones del organismo del animal al ingrediente pueden ser bastante severas (lindando con la muerte) y obviamente causar sufrimiento.
- Prueba de irritación de ojos y piel: Conocida también como la prueba de Draize, apellido de uno de los toxicólogos que la ideó, tiene dos variantes. Una es la prueba de irritación cutánea aguda (prueba de Draize para piel) y la otra es la prueba de irritación ocular aguda (prueba de Draize para mucosas). Se suelen hacer sobre los ojos y la piel afeitada de conejos. Se trata por supuesto de una práctica muy controvertida y contestada por su crueldad, y de la que se discute también su utilidad, debido a las diferencias entre los ojos de los conejos y los humanos.
- Prueba de carcinogenicidad: En estas pruebas se expone al animal a determinadas sustancias químicas durante un cierto tiempo (por ejemplo, 2 años), para ir midiendo, durante el proceso, posibles signos de aparición de cáncer debido a la exposición a dichas sustancias. Los críticos de esta prueba resaltan, como en la anterior, la gran diferencia entre el organismo de un ratón y el de una persona, por lo que la reacción de roedores ante agentes químicos no predeciría de forma fiable cuál será la de los humanos.
En ocasiones puede ser complicado saber si una marca es por completo cruelty-free, porque ella misma puede no testar ningún ingrediente en animales, pero utilizar como proveedores a otras empresas que sí lo hacen.
Leyes contra las pruebas en animales
En 2004, la Unión Europea prohibió la experimentación de productos cosméticos en animales. Ya en 2009, la UE prohíbe probar en animales no sólo un producto cosmético, sino cualquier ingrediente presente en el mismo.
También en 2009 se prohibió, además, la comercialización en la UE de productos cosméticos que contengan ingredientes testados en animales.
En 2013 la normativa europea es ampliada, puesto que ciertas pruebas de toxicidad habían quedado fuera en las anteriores regulaciones.
Objeciones a la legislación europea
De todos modos, la regulación europea no está exenta de críticas, porque existen excepciones muy controvertidas dentro de estas leyes. Por ejemplo, la UE tiene una lista de sustancias químicas que siempre, y sin excepción, han de ser testadas en animales.
Si un cosmético quiere utilizar una de esas sustancias podrá hacerlo, y consecuentemente ya no será cruelty-free. Se produciría otra excepción cuando un cosmético contenga un ingrediente que también sea utilizado, por ejemplo, en productos de limpieza, ya que en estos últimos sí se permite la experimentación animal. Con lo cual, ese cosmético contendrá un ingrediente testado en animales.
Debido a estas y otras excepciones, algunas organizaciones niegan, a pesar de los avances, que la UE haya acabado por completo con la experimentación animal en la industria cosmética.
Avances contra la crueldad animal fuera de la UE
Otros países como India, Israel y Noruega también tienen legislaciones bastante avanzadas en esta materia. El hecho de que las leyes contra la crueldad animal avancen, ya sea en Europa o en otros continentes, es en gran parte gracias a las exigencias de los consumidores: cuando éstos demandan productos no testados en animales, las industrias y las legislaciones cambian. Si quieres conocer más detalles al respecto, la web de la organización Cruelty Free International contiene información de las leyes de diferentes países sobre las pruebas con animales.
El jabón de Alepo, 100% vegano y cruelty-free
Como es obvio si repasamos su composición, el jabón de Alepo es un producto sin ingredientes procedentes de animales, y que por supuesto no requiere la más mínima testación sobre los mismos. Y por supuesto, ningún animal sufrió daños durante la redacción de este artículo.
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