Nos remontamos al año 1513, cuando Ponce de León puso en marcha una expedición a la Florida en busca de la fuente de la eterna juventud. Tras años de búsqueda en las pantanosas tierras de la península americana, nunca la encontró. Hemos tenido que esperar más de 500 años para ello y a los avances del I+D en cosmética y nutricosmética. Y no ha sido un conquistador español, sino científicos del mundo, los que han descubierto una molécula capaz de detener la cascada de envejecimiento celular, es decir, detener la oxidación celular que conlleva al envejecimiento de nuestro organismo.

Este maravillo descubrimiento es el Glutathione, un tripéptido (una cadena de aminioácidos que benefician a la piel) que participa activamente en la neutralización de radicales libres -culpables del envejecimiento- y en el mantenimiento de la Vitamina C y E del organismo -antioxidantes fundamentales-. Tal es su importancia, que un nivel de Glutathione bajo del organismo puede implicar la presencia de enfermedades como el cáncer, la hepatitis, asma, Alzheimer o Parkinson, además de estar relacionado con el estrés, desgaste físico y envejecimiento.

Pero ¿cómo puedo conseguir que esta maravillosa molécula no escasee en mi organismo? Fácil, la suplementación nutricional adecuada y bien formulada es la respuesta, ya que absorber el Glutathione de manera natural solo con nuestros alimentos diarios es difícil. Y es que, pese a una serie de estudios en los años 90 donde se creía que la suplementación no funcionaba, fue la Universidad de Kioto en 2014 quien expuso que la presencia de Glutathione sí aumentaba sus niveles en la sangre y en proteínas tras su consumo de manera suplementaria. Por ello existen un gran número de suplementos con Glutathione que combinan otras vitaminas y minerales que ayudan a las células del organismo a producir esta molécula en mayor cantidad, como lo es la vitamina C y E.

Beneficios comprobados del Glutathione:

1. Antioxidante, protegiendo de los radicales libres que producen cascadas de envejecimiento.
2. Protege y refuerza el sistema inmunitario.
3. Es un motor para los procesos mitocondriales de las células (les da energía).
4. Ayuda a la gestión correcta de la vitamina D3 y a los procesos celulares (un ADN más robusto).
5. Ayuda a eliminar toxinas del organismo por la orina.