LAVANDA – RELAJACIÓN

La lavanda es una planta aromática con olor inconfundible, propiedades muy beneficiosas y que genera sensaciones muy positivas, alegría y relajación.

El aceite esencial se obtiene por destilación, contiene principalmente linalol (25-35%) y acetato de linalilo (28-45%). Estos componentes son los responsables principales de la aplicación como sedante, ansiolítico y antidepresivo del aceite esencial de lavanda.

¿Cómo es la lavanda?

La lavanda es una planta perenne que puede vivir hasta 20 años en condiciones óptimas, con una altura media de 60 cm. Produce flores moradas con altos niveles de aceite esencial. Está compuesta por finas hojas recubiertas por pelusa blanca, su flor tiene las hojas opuestas, con colores que varían entre el blanco y el morado. Está especialmente indicada como perfume para el lavado de la ropa y el baño, pero tiene muchos otros usos que veremos a continuación.

¿Cómo se utiliza?

Esta planta favorece la relajación gracias a su aroma, y entre sus propiedades medicinales se destacan las sedantes y tranquilizantes. Ayuda a tener mayor tranquilidad en casos de insomnio, nervios en el estómago, hipertensión, ansiedad, etc. Su aceite esencial se suele utilizar para reducir contracturas musculares, calambres, acné, quemaduras, eccemas y alteraciones varias en el sistema nervioso.

• Relajante poniendo un par de gotas de aceite en almohada a la hora de dormir que consigue reducir la frecuencia cardiaca y los niveles de presión arterial.
• Repostería casera perfumando bizcochos y magdalenas.
• Infusiones relajantes y digestivas para combatir el insomnio.
• Incienso, ramilletes y saquitos de lavanda para limpiar el aire, decoración o como aromatizar estancias, creando un ambiente relajado y tranquilo.
• Tónico facial, en depilación o afeitado para suavizar la piel.
• Sales de baño relajantes y aromáticas.
• Aceite para la piel, pudiendo aplicarse directamente sobre quemaduras para evitar infecciones y regenerar la piel..